En estos momentos entra el Sol en mi casa, lo hace sin pedir permiso, pero yo lo recibo con alegría. ¿Quién eres tú? le he preguntado, y tranquilamente me ha dicho: YO SOY EL SOL. Pero la verdad es que solamente son rayos de Sol, una pequeña chispa, una migaja, un muy poca cosa del Sol que está ahí, grandioso, fantástico, pero ha entrado en mi casa; y todos estamos de acuerdo en decir: Voy a tomar el Sol, el Sol ha bronceado mi piel, hace Sol, no hace Sol, el Sol es la vida de nuestro mundo, necesitamos Sol, el Sol es luz, alegría, fuerza, etc.. Pero todos sabemos que el Sol está muy lejos de nosotros, pero ¡oh, que maravilla!, sus benditos rayos llegan hasta nosotros. Aprendamos pues la lección; cuando el hombre, el ser humano, toda la humanidad, refleje fielmente su procedencia, como los rayos del Sol, entonces como hijos de Dios podremos exclamar: !Ahí va Dios; tú eres Dios; yo soy Dios; todo es Dios!. Este día será ya una realidad el Reino del Mesías; y fijémonos bien con los rayos del Sol, no hacen propaganda, no predican, no dicen nada, simplemente alumbran, nos dan el mensaje con luz del gran Astro, no en vano Jesús de Nazareth dijo: "Así alumbre vuestra luz". Seamos como los rayos de Sol, ALUMBREMOS, haciéndolo con nuestros actos positivos, VIVIENDO la verdadera vida. ¿Quién eres tú?! y sin hablar me ha dicho, soy el Sol. Yo lo comprendo, lo creo, lo veo, no importa que me diga nada más. Cuando pueda decir lo mismo el hombre, nuestro mundo volverá a ser un paraíso. Salud y paz.
